MACEDA NATURAL I
Por Mª Pilar de Sá
Otero
Situamos el
municipio de Maceda. en la comarca
geopolítica que forman las tierras de Maceda y Allaríz., sobre parte de una
cubeta terciaria de cuyo interés geomorfológico y ecológico espero poder hablar
en otro momento. Atravesado por los valles de ríos que, de forma directa o
interpuesta, desembocan en el Arnoia. Participa este entorno natural de la
proximidad de dos mundos bioclimáticos, como los que representan el Subsector
Xuresiano Queixense de la Región Eurosiberiana y el Sector Ourensano Sanabrense
de la Región Mediterránea, de lo que da buena referencia su vegetación
silvestre.
A
ambos lados del área lúdica abierta paralelamente al río, durante estos días primaverales se
pueden encontrar especies bioindicadoras como Halimium alyssoides que se
muestra en la Foto 1, realizada en el matorral que separa los dos molinos
próximos a Francos, o Saxifraga
spathularis de la Foto 8, (que sospecho está fuera de lugar, no
sorprendería en San Pedro de Rocas, por ejemplo) obtenida delante del molino de
la familia Blanco Labrador (es único ejemplar y única localización). Algunas plantas
que, por verlas a menudo, resultan familiares para los vecinos, son plantas de
interés ecológico por ser exclusivas, (endémicas) de estas áreas del norte de
la península, como Omphalodes nitida
Foto 3, muy frecuente en las márgenes del río, entre ambos molinos o Linaria triornithophora (vista ya en
capullo, florecerá en pocos días).
Para los botánicos las plantas, conocidas cada una por su propio nombre
y por lo que son y significan, terminan siendo familiares. Su aparición en cada
ciclo anual representa casi como el encuentro
con un amigo esperado, por lo que no me resisto a incorporar las
imágenes de las más madrugadoras del ciclo. Pueden verse en las orillas del río
a primeros de marzo, como las primaveras, Primula
acaulis (Foto 4), los narcisos Narcissus
triandros y N. bulbocodium (Fotos
5 y 6), La fresa silvestre, Fragaria
vesca (Foto 7); las violetas, Viola
sp. (Foto 2), una anémona, Anemone nemorosa
(Foto 9 y 10), Aquilegia vulgaris (Fotos
11 y 12), de formas de corola bellísimas y que crecen en las márgenes de
nuestro río.
Actualmente quedan muy pocos bosques naturales, debido a la acción
humana y a las condiciones c1imáticas y edáficas no demasiado apropiadas para
su regeneración. Las quemas reiteradas para la obtención de pastos han
determinado la extensión y el dominio de los matorrales, hoy en día la
formación vegetal más extendida. Así podemos encontrar Erica arborea (Foto 13) o Erica
australix (Foto 14), a las que acompaña otra peculiaridad norteña, Daboecia cantabrica (foto 15), que aun
siendo de menor tamaño forma parte siempre del matorral.
Exceptuando los árboles de ornamento plantados, que en su momento estuvieron
rotulados, y de los que hoy puede estar el rótulo y faltar el árbol, la vegetación arbórea natural es escasa, en
las márgenes del río predominan los alisos (amieiro), Alnus glutinosa, entre los que es posible encontrar algún sauce, Salix triandra y Salix sp.. Más alejados
de la orilla los robles generalmente Quercus rabur y Quercus
pyrenaica, e incluso el pino de
repoblación Pinus pinaster.
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